Quería continuar con mi vida, de la forma que yo la había escogido, o
tal vez la que el destino me había trazado, aunque sabía que era difícil, cada
día tenía que dar explicaciones a la gente de lo que yo hacía. Algunos me
acusaban de brujo, hechicero y no sé... de cuantas cosas más, eran incapaces de
creer que yo tenía una visión diferente a la de ellos del universo. Yo no
practicaba ninguna religión, simplemente veía el mundo desde otra óptica, creía
sinceramente en la reencarnación, pero no por afición o fanatismo, era mi
realidad, podía hablar con los muertos, sabía que existía un mundo más allá de
lo físico o material. Era mi filosofía... no mi religión.
De todos los libros que constantemente leía sobre espiritismo me quedaba
con algunas cosas, ciertamente más de la mitad... no me las creía.
Principalmente todo lo relativo al crecimiento espiritual... a través de Dios o
en su búsqueda. Según mi teoría los espíritus se iban enriqueciendo a medida
que anidaban el cuerpo de diferentes personas y eran capaces de obtener de cada
una de ellas su sabiduría, aprendían de sus errores y acumulaban todos sus
conocimientos. No me imagino un desfile de espíritus delante del supuesto trono
de Dios para recibir una inyección de inteligencia y la aceptación de éste en
su reino.
El comportamiento de los muertos es como el de nosotros, en mi andar he
conocido a muchos que han ido pasando de vida en vida sin aprovechar nada,
otros en cambio por diferentes motivos tan solo han vivido en cuerpos de
personas conflictivas, de delincuentes, asesinos y de gente que poco pueden
aportar a la sociedad y por supuesto se comportan como tal. Las entidades a no
ser que hayan sido enviadas directamente por alguien, buscan los cuerpos de las
personas que les son afines, porque quieren continuar haciendo lo que ellos
hacían en vida, simplemente necesitan un organismo para desplazarse y realizar
sus sueños, por eso buscan a personas que sean débiles o que compartan más
menos sus gustos y así poder influenciar a sus mentes.
Yo no tenía miedo cuando veía a los espíritus y me comunicaba con ellos,
pero sí respetaba la habilidad que tienen para entrar en las personas y
llevarlas a realizar cuanto capricho se les ocurre. Por eso a veces sentía
temor por mi vida, no porque pensase que fuesen a hacerme daño directamente, pero
si estaba claro que podían llevarme hasta donde ellos querían, si no andaba con
mucho cuidado.
Antes de meterme por completo en el mundo espiritual, mi vida era más
fácil, aunque reconozco que había ganado en muchas cosas y aprendido muchísimo
gracias a mis contactos con seres que durante años han logrado vivir en
diferentes cuerpos. Sabía que tenía que controlar mis instintos, si quería
continuar con la comunicación con los espíritus tendría que saber separar a los
muertos de los vivos.frankca-dreams.blogspot.com
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