La hegemonía mantenida durante siglos por los hombres en la sociedad está dando un vuelco radical, las mujeres con su entereza y perseverancia cada día ganan más espacio como ya todos sabemos.
La torpeza con la que los hombres
hemos reinado en el planeta va llegando a su fin. No obstante lejos de estar
acongojados por todo el terreno perdido, debemos estar agradecidos del despertar
de las féminas, ya que sin su ayuda no hubiésemos evolucionado tanto.
La incorporación de la mujer al
mundo laboral “fuera de casa”, la invasión de éstas a colegios y universidades
nos ha hecho ser mejores personas. Ahora empezamos a vivir realmente en
familia, compartiendo deberes y obligaciones en el hogar. Ya los hombres
sabemos lo que es estar durante horas atendiendo a nuestros hijos cuando se
encuentran enfermos, sin olvidar baños, comidas y todo lo que se tiene que
hacer en una casa.
Pero no por gusto me emocioné
cuando vi al padre de la imagen y a su pequeño, su pericia cambiándole el pañal, dándole el biberón,
jugueteando con él mientras lo asistía, después le limpió cuidadosamente el
rostro de la leche derramada en sus pequeñas mejillas, y luego de haberle sacado los gases, levantarlo y besarlo con la misma devoción que
suelen hacer las madres.
Por supuesto que a éste chico no
hay que ponerlo en un pedestal, ya que simplemente está cumpliendo con su deber
como padre, pero señores años atrás era casi imposible observar en una esquina
cualquiera a un hombre cuidar de sus hijos pequeños con tanta habilidad.
Como hombre creo que no debemos
competir contra ellas, simplemente tenemos que aprovechar el espacio que nos
están dando en nuestros hogares y reconocer que gracias a la capacidad de esfuerzo
y superación de las mujeres hemos
crecido, por eso hoy día también sabemos entregar amor y ternura a nuestras
familias y a todas las personas que queremos.
Frank Cañizares
frankca-dreams.blogspot.com
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