Existe una teoría dentro del mundo espiritista que habla de la relación e influencia constante entre los seres vivos y sus muertos, planteando la existencia de un vínculo inseparable e inamovible de los espíritus con todo lo terrenal, estos seres se enfrascan en la tarea de ayudarnos a todos en la tierra independientemente de nuestras creencias y de nuestro criterio acerca de esta filosofía.
Se plantea que básicamente estamos rodeados de nuestros familiares muertos, de los más cercanos en cuanto a relación directa, así como también recibimos protección de las almas de nuestros conciudadanos y hasta de nuestros compatriotas. Al parecer los espíritus albergan memoria, nunca olvidan una mala acción recibida durante su permanencia en la tierra, y es por eso que intentan ayudarnos en cada paso que tomamos. Los muertos africanos nunca olvidarán las largas travesías a las que fueron obligados para cruzar el Atlántico, todo ese dolor queda intacto en sus memorias, por eso hoy ayudan a sus pueblos a emigrar. Ellos no olvidan todo el sufrimiento de pueblos enteros, aún escuchan los llantos y gemidos tras el encuentro del látigo y la piel sudorosa del esclavo, como tampoco los espíritus provenientes de América Latina olvidan el dolor de ese indio o negro que se negó en su momento a trabajar, o que simplemente no podía por encontrarse enfermo, o ya sin fuerzas, en sus memorias queda el sonido en las noches de las niñas siendo desvirgadas por sus amos.
Europa y Norteamérica están en deuda con muchos pueblos, de nada les servirán sus leyes y cierres de fronteras, nuestros muertos nos asisten, será un goteo constante. Por eso no respondo cuando me invitan a que me vaya a mi puto país, sé que vendrían muchos más a ocupar mi lugar. No exactamente buscando venganza, de hecho venimos prácticamente con lo puesto, nuestras maletas no portan látigos ni grilletes, solamente traemos nuestras manos e intelecto, por lo que sabremos con inteligencia y sin hacer uso de la violencia, recuperar todo lo que nos extirparon. Es una revolución silenciosa, un acto de rebeldía en contra de las naciones explotadoras, los espíritus no se cansan, ellos ya no pueden sentir el agotamiento de las largas jornadas a que fueron sometidos, por eso hoy nos entregan toda su sabiduría y energía para que podamos seguir poblando las tierras de quienes nos robaron hasta lo más preciado, es una invasión civilizada, involucrándonos en sus sociedades, estudiando, trabajando, constituyendo familias lejos de nuestros hogares, y al final veremos quién se tendrá que ir a su puto país.
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