Saturday 27 October 2012

Entre Tattoos y Tatuajes


Entre Tattoos y Tatuajes





                                                                                                                                                                
Detrás de estos colores existen vidas diversas, de esas que también madrugan, sueñan y luchan para hacer de éste mundo algo mejor, supuestamente como todos, bueno, ahí puede que me equivoque. A pesar de que alardeamos de ser cultos y de estar abiertos a los cambios sociales y defendemos la libertad de expresión, todavía hay quien insiste en marginar a las personas por sus ideas, la manera en que se vistan o por los accesorios que utilicen para embellecer su cuerpo. Y al parecer tampoco todos estamos de acuerdo en ser atendidos por alguien que decore su anatomía con un tatuaje.
Por eso, ellos a veces tienen que ocultar sus cuerpos, deben tapar el arte que llevan impregnado en su piel. Ahora mismo no puedo decir, el porcentaje de amigos míos que tienen alguna parte de sus cuerpos tatuados, porque yo solamente miro hacia sus almas, no a sus pieles, busco en sus mentes…, no en los dibujos; pero cada vez que escucho que alguien fue rechazado en un trabajo por tener algún tatuaje, me hierve la sangre y comprendo menos a la sociedad en que vivimos.
No quiero hacer apología sobre la historia de los tatuajes, muchos ya lo han hecho en los más de 5000 años que tienen de vida, pero no entiendo cómo a pesar de todos los estudios que se han realizado en diferentes culturas, que demuestran que un dibujo en la piel es simplemente artístico y que no debe ser utilizado como símbolo de exclusión social alguna, existan hoy día empresas, sobre todo multinacionales que no emplean a una persona por estar tatuada.
De ahí que me pregunte, qué tipo de estudios realizan estas grandes empresas para decir que una persona tatuada le da mal imagen a un negocio, a mí ciertamente nadie me lo ha preguntado o será simplemente porque cada día somos más borregos y obedecemos a los que diseñan y dirigen nuestras vidas.
Más allá del artista que hay detrás de cada dibujo y que por supuesto para mí también son importantes, abogo por la libertad de elección que todos deberíamos tener. Por qué tener que usar mangas largas en pleno verano para cubrir algo que no es contagioso y mucho menos anormal. Yo no sé si en alguna ocasión he sido atendido por alguien que llevase algún tatuaje, y realmente me molestaría conmigo mismo si me acordase. Cómo se puede saber que hay detrás de los dibujos que lleve una persona.
Para algunos psicólogos,  las personas que se tatúan mayormente carecen o tienen muy baja la autoestima y necesitan generar amor propio y seguridad a través de estos. Eso realmente puede que ocurra en algunos casos, pero me parece un poco atrevido pensar que todos los tatuados tienen problemas sicológicos, sin tener en cuenta que están universalmente de moda, además yo pienso que muchas de las personas que se tatúan lo hacen simplemente por rebeldía, por desmarcarse del resto, porque no quieren ser una marioneta más dentro de la sociedad, que nos obliga a vestir y pensar a todos por igual.
Cuantos años más tendremos que pasar entre agujas, tintas y colores para que sean bien vistos, sin  estigmatizar a las personas que les gustan, y solo ver  en ellas sus valores como seres humanos.
No me rijo por estereotipos, pero en los últimos años he sentido más recelo de quien se me acerca impecablemente trajeado, que de alguien que lleve todo su cuerpo tatuado.  

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Frank Cañizares










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Thursday 25 October 2012

En su Alma (continuación. V)



Luego de reunirme en dos ocasiones con Ernesto, y no lograr visualizar ningún espíritu perturbador a su alrededor, decidí visitar su tienda en busca de más información. Desde que lo conocí, me pareció que era una persona con los pies bien puestos sobre la tierra, alguien bastante difícil de ser dirigido emocionalmente. En todo momento me dio la impresión de estar en frente de un hombre capaz y consciente de sus actos. Lo que en realidad no quería decir, que no pudiese ser víctima de un espíritu enviado a través de algún espiritista sin escrúpulos, o simplemente que se encontrase en esta situación por los caprichos, ambiciones o venganza de un ser muerto. Pero como a través de todos los libros que había estudiado sobre espiritismo, aprendí que las personas con fuerte resolución y personalidad eran prácticamente imposibles de ser influenciados por un espíritu, insistí en la búsqueda del origen de sus problemas.

Eran casi las diez de la noche, la tienda se encontraba cerrada al público, por eso pude recorrer con tranquilidad y lentitud todo el local en busca de algún alma. Desde que llegamos comencé a sentir su presencia, pero no la podía ver. Durante unos minutos caminé entre maniquíes y estanterías repletas de diversos tipos de ropa y accesorios. Me encontraba completamente abierto para dialogar con la entidad, pero no podía divisarla. No fue hasta que le dije a Ernesto que me abriese una puerta que se encontraba justo detrás de la caja registradora y que a su vez daba acceso al pequeño almacén donde guardaban parte de la mercancía para vender que lo encontré. Nada más entrar lo pude ver, era un señor de mediana edad, se veía pulcro, llevaba un traje negro que conjuntamente con la corbata perfectamente anudada emanaba elegancia, seriedad e inteligencia. Recuerdo que me miró con desdén, estaba agachado en un rincón, su rostro mostraba cansancio, y hasta parecía respirar con dificultad a pesar de no necesitar oxígeno.

Tan solo había avanzado un par de pasos cuando detuve mi andar, lo observé tranquilamente esperando su reacción, pero no me decía nada, solamente agudizaba su mirada mientras jadeaba con más fuerza, no sé si en busca de aire por el cansancio o es que me quería demostrar con su jadeo el enfado que tenía.

Ernesto se había quedado afuera, cerré la puerta lentamente intentando no hacer ruido, por un momento dudé entre aproximarme más o iniciar yo la comunicación, luego opté por ponerme a su altura, pero a distancia, demostrándole que no quería invadir su espacio, por lo que me senté encima de unas cajas sin perderlo de vista, lo saludé cordialmente y le pregunté quién era y qué hacía allí.

- ¿Cómo vienes a mi negocio, a lo que es prácticamente mi casa y me preguntas quién soy? ¿No debería usted presentarse primero?

- Lo siento sinceramente señor. Mi nombre es Carlos Agramonte, pero puede usted llamarme simplemente Carlos, soy amigo del dueño de la tienda. Por favor le pido disculpas si se ha sentido usted ofendido, no fue mi intención, por cierto cómo me puedo dirigir a usted.


- Soy Mariano Castillo, el dueño de todo esto. Mucho antes de que llegase su amigo. Sabía usted que él ha acabado con mi negocio. Hace más de cincuenta años que mis padres fundaron esta librería, aquí he crecido y vivido los mejores años de mi vida. Por eso de aquí no me iré hasta que su amigo tenga que cerrar, ya verá como abriré nuevamente nuestra librería.

A medida que nos comunicábamos iba recibiendo información y visualizando gran parte de la vida del Sr. Castillo, quien no mentía al decir que había pasado casi toda su vida dentro de aquel local. Desde joven ayudando a sus padres, a veces estudiando o leyendo mientras no tenía clientes que atender, clasificando los libros o limpiando las grandes estanterías que abarrotaban la librería. Hasta que el viaje a través de su vida me llevó justo al día en que sufrió un fuerte dolor en el pecho,  un repentino infarto lo hacía caer de la escalera que utilizó para colocar unos libros en lo más alto de un estante.



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Wednesday 17 October 2012

En su Alma (continuación IV)


Mientras más tiempo tengas para ti, menos oportunidad tendrán los muertos que te perturban de penetrar en tu mente y hacerte daño. A medida que vayas creciendo como persona tu salud irá mejorando, hasta llegado el momento en que no sentirás esos  fuertes dolores de cabeza que te atormentan.

Carolina, llevamos varios días conversando y creo que ya tienes bien claro el por qué de tus problemas. Tienes la certeza de que son provocados mayormente por un ente externo y totalmente ajeno a tu voluntad, de ahí la confusión interna que experimentas. Ahora debes aprender a convivir con todos los que te rodean, no pienses nunca que aunque discrepes con algunos de ellos son tus enemigos, el hecho de ver la vida desde un punto de partida diferente, no tiene nada que ver con la enemistad y mucho menos con la confrontación.
Cuando uno anda en busca de defectos en los demás, por supuesto que los encuentra, nadie es perfecto, pero eso no quiere decir nada en específico. En todo caso, tan solo que hay quien manifiesta abiertamente su manera diferente de ver la vida, todos tenemos algo que no es precisamente del agrado de los demás.

Una de las claves más importante en la vida es saber perdonar a quién nos increpa, no por cobardía, simplemente por sapiencia. Los conflictos siempre generan más conflictos, así de claro. En tu caso debes controlar tus impulsos, cada vez que te alteras, pierdes energía y concentración, por lo que  dejas una brecha abierta para que Teresa entre en tu mente. Los bajos espíritus son oportunistas y aprovechan nuestras debilidades.

Mi trabajo con Carolina no estaba terminado, pero cada vez las sesiones con ella eran más cortas, y distantes unas de otras. Aunque aún necesitaba ayuda de mi parte, y yo sabía que tendría que esforzarse para poder liberarse por completo de sus problemas, pensé que sería mejor que fuese asumiendo responsabilidades.  

El progreso era evidente, mentalmente la veía más fortalecida, Carolina continuaba con los estudios y trabajaba a media jornada en una empresa. Además ya no iría sola y sin rumbo, contaba con la ayuda de la protección que se le había asignado, por eso determiné que ya estaba lista para continuar con su vida.

Mi vida cada día iba tomando un rumbo diferente, tuve que solicitar en el trabajo unas semanas de vacaciones para poder decidir con tranquilidad qué hacer. Prácticamente a diario conocía nuevos casos, las horas no me alcanzaban para conciliar el trabajo con todas las personas a las cuales intentaba ayudar.

Todos los casos que me llegaban los tomaba con mucho interés, sabía que mientras más contacto tuviese con los espíritus, mayor habilidad y conocimiento adquiriría. Recuerdo a un joven que me llamó desesperado en busca de ayuda. Ernesto, era dueño de una tienda de ropa situada en una zona bastante comercial, durante el primer año le fue de maravilla, pero hacía más de diez meses que había entrado en números rojos, las pérdidas se iban acumulando, cada mes entre gastos en  arreglos del local, robos de diferentes géneros en la tienda, y problemas por no pagar en fecha a sus empleados, sentía que no podría hacer frente a todo y se había sumido en un estrés constante que no lo dejaba ver la salida de la situación en que se encontraba. Una amiga que teníamos en común le dio mi número de teléfono.


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