Sociedad y Violencia

Todo importa en una sociedad moderna, estamos comunicados constantemente, interactuamos entre sí  y con todo lo que nos rodea. No somos ajenos de lo que le sucede al vecino, aunque no lo conozcamos, porque somos extremadamente influenciables, el entorno nos perturba y condiciona  nuestro estado de ánimo, incluso nuestra manera de proceder, creemos vivir en una sociedad culta y equilibrada, pero no es así.

Respondemos a estímulos y no somos capaces de librarnos del mal ajeno, por mucho que pretendamos encerrarnos en casa y no mirar los problemas que afectan a los demás. Los amplios períodos de crisis son extremadamente malos para todo tipo de sociedad, con ellos aumenta, la violencia, el robo, la delincuencia y todo lo referente a hechos vandálicos, claro que  dentro de los más necesitados están los protagonistas de los titulares, esos  que no son capaces de buscar la solución a sus problemas creciendo y esforzándose más en sus quehaceres. Pero no solo están ellos, estamos todos involucrados, incluso hasta los que tienen buena economía en sus hogares, los ricos o afortunados, porque no se pueden separar de la sociedad en la que viven por más que se escondan en sus mansiones, hasta ellos llega la epidemia.  

Nadie delinque en busca de dinero  por hambre o necesidad, mayormente se hace por la carencia de determinados valores, puede que existan excepciones, pero me inclino a pensar  que principalmente se hace para obtener todo aquello que no se ha sido capaz de lograr honradamente en la  vida, incluso muchos pretenden justificar sus actos con la crisis, la mala situación económica daría su aprobación. Es cierto que de alguna manera la sociedad es responsable del comportamiento de sus individuos, pero a cada uno de nosotros le corresponde ser lo suficientemente maduro y responsable cómo para superar el período que nos ha tocado vivir.

Todos  estamos expuestos, ahora somos más violentos, nos enfadamos y hasta discutimos con mayor frecuencia, porque es prácticamente ambiental, la agresividad y la infelicidad son contagiosas, no por gusto hasta los perros en determinadas sociedades son más violentos que en otras.

La cantidad de programas televisivos con contenidos violentos que digerimos a diario, más el enfrentamiento constante de los partidos políticos, nos estimula, tanta violencia no queda simplemente en el aire y se disipa, cómo pretendemos tener una sociedad donde reine la paz y tranquilidad, cuando vemos cómo logran los puestos nuestros líderes políticos, atacando y ofendiéndose entre sí constantemente, no se intenta llegar al poder exponiendo los mejores proyectos para el bien de todos, se trata de hurgar en el contrincante hasta encontrar una fisura, para luego ir directo a la yugular  y comenzar una fuerte campaña de descredito e insultos.

Existen muchos factores que determinan y marcan el comportamiento de los ciudadanos en una sociedad, pero la falta de educación, el abuso del consumo de alcohol y drogas, y las diferencias extremas de oportunidades en las sociedades de consumo, puede que sean la base de nuestros problemas, ya que la pobreza como tal no es sinónimo de violencia por sí sola. 

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Proyecto Felicidad

Estuve leyendo un artículo muy interesante del antiguo presidente de La Universidad de Harvard, el profesor Darak Bok, donde explica cómo los partidos políticos se han enfrascado en la tarea de hacer felices a sus conciudadanos, todo vale, lo importante es tener el poder, ya no solo administran nuestros bienes, y se encargan de las políticas a seguir en las diferentes regiones que gobiernan, además de llevar todo lo concerniente a política exterior.

Ahora quieren entrar en nuestros hogares, donde por cierto ya están.  Lo curioso de esto es el interés que dicen realmente tomarse, además de todos los objetivos a cumplir que se plantean en sus agobiantes campañas electorales, desean nuestra plena felicidad, eso de que solo existen momentos felices y nunca la completa felicidad, quedará atrás, por lo que de ahora en adelante seremos más felices gracias a nuestros iluminados políticos.

 La verdad es que no me imagino cuan feliz  podré ser bajo las riendas de Rajoy, nuestro próximo presidente. Cierto es que me he enterado de buena tinta, del centro de reclutamiento que tiene su partido político, donde miles de voluntarios entregarán lo mejor de sí, vendrán a nuestras casas y nos ayudarán a realizar todas las tareas hogareñas, podremos conciliar nuestros trabajos con los horarios escolares sin apenas dificultad, velarán por la limpieza de nuestras casas, controlarán hasta los horarios de televisión para que no sean motivos de riñas familiares, nuestra alimentación será mejor, estará todo el tiempo bajo la supervisión de expertos en nutrición, y dado el caso que lleguemos un  día tarde a casa, tendremos la cena lista, harán todo lo posible para que alcancemos la tan deseada felicidad, claro que no se nos quemará la tortilla, ahí estarán ellos velando por nosotros, distribuyendo tranquilidad en casa, repartiendo tabletas de amor y comprensión, conjuntamente con sueros de orgasmos múltiples, reconocen la importancia que tiene el buen sexo en los matrimonios, por eso no quieren que decaiga la unidad familiar.

Supongo que todos los políticos sean felices y prediquen con el ejemplo, pero de todas maneras, cómo la felicidad debe comenzar en casa, y no me fío de estos señores,  me acercaré a La Moncloa y le preguntaré  a la esposa de Zapatero si realmente es feliz con este Sr. después de haber hundido a su país en la miseria.

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Necesito Tiempo y Espacio

Siempre he estado muy preocupado con el tiempo, muchas veces  me he quejado en mis escritos al respecto, comentando que me faltaría tiempo para realizar diversos proyectos y cosas que tengo en mente, cuando lo cierto es que más que el tiempo, lo que realmente necesito es espacio, más espacio en el mismo período de tiempo. Quiero estar aquí y allá, en dos sitios a la vez, quiero compartir con mi otro Yo simultáneamente, explotar al máximo nuestro breve lapso de tiempo en la tierra. ¿Por qué no podemos estar en dos lugares a la vez siendo la misma persona?  Cuantas cosas resolveríamos y cuantos problemas  evitaríamos sin tener que mentir. A veces deseo estar tumbado en el sofá mirando una película y comiendo palomitas de maíz, mientras muevo mi cuerpo flaco en una discoteca siguiendo el ritmo de unas voluptuosas caderas, otras tantas quiero quedar en casa durmiendo plácidamente,  al mismo tiempo que mi otro Yo, suda copiosamente trabajando, y de paso al terminar la faena, regresa a nuestro hogar con un suculento desayuno.

La vida debería ser más intensa y dinámica, por eso no es justo que el poco tiempo que tenemos, tengamos que vivirlo en un solo espacio, deberíamos tener la capacidad de la dualidad.  En algún momento de nuestras vidas, todos hemos querido al menos en una ocasión, partirnos en dos y estar en diferentes lugares a la vez, pero señores los cubanos más que merecerlo lo necesitamos. Cuanto me hubiese gustado asistir a una de las tantas  Marchas del Pueblo Combatiente, pero en aquél entonces siempre me decantaba por ir al malecón a jinetear, no podía dividir mi cuerpo, mis necesidades eran más fuerte que  mí  Yo, de haber tenido la posibilidad hasta hubiese ido a cortar caña, sembrar tabaco  o recolectar café, mientras quedaba en el barrio jugando dominó y  gusaneando con los colegas.  Recuerdo aquella noche en que tenía guardia en el comité (CDR), pero no asistí, me hice el enfermo y escapé a la Tropical. Mi otro Yo no existía, tenía que decidir qué hacer con mi cuerpo, desgraciadamente tenía uno solamente, en esa ocasión lo hice bien, creo haber acertado, y me fui de fiesta a bailar con Los Van Van. 

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Empresarios Negros.

Camina las calles de Barcelona cada mañana, en todo momento está concentrado en su trabajo, sabe lo que quiere, atrás quedó Mali, ya ni siquiera la sueña, luego de diez años viviendo en Europa se ha visto obligado a crear su propio negocio, no se resigna a las ayudas que otorga el gobierno a las familias que no tienen empleo, reconoce que llegará el momento en que no recibirá nada, además que no cubren sus necesidades, no puede esperar, las facturas se acumulan, su niña sueña, quiere jugar como los demás, su esposa intenta llenar la nevera, ella tiene la responsabilidad del hogar, necesita enseres, pero ahora puede prescindir de ellos, teniendo alimentos es suficiente, ya vendrán tiempos mejores . 

Él conoce el peligro de su actividad, se cubre con una gorra su corta cabellera, protege sus largas y habilidosas manos con guantes, utiliza mascarilla para protegerse de gases tóxicos mientras escarba, lo que además  aprovecha para esconder su rostro,  no se siente orgulloso de lo que hace, aunque camina erguido, preferiría trabajar en la fábrica que un día le abrió sus puertas, y hace unos años junto a otros, incluyendo también a nativos, le echaron a la calle, a su suerte, prescindieron de ellos con la crisis, pero él necesita trabajar, sentirse útil. Es pulcro, no deja rastro tras el contenedor donde escarba y busca, lo necesita, su gente también, no tiene sueños, solo pretende ser feliz junto a la familia que trata de mantener, reconoce no tener estudios, pero habla perfectamente francés, árabe, castellano, bambara y entiende muy bien el catalán.

Recolecta chatarras y luego las vende, con eso ha logrado vivir en los últimos años. Tiene cobertura médica, todo lo concerniente a documentación está en regla, pero como cualquier empresario cada día abre su negocio, revisa su calzado junto a las medidas de protección que lleva, no sabe cuánto ganará, no depende de una nómina, solamente de su esfuerzo, su constancia, y con un poquito de suerte algo de cobre, aluminio o plomo recogerá.

Hoy día reconozco entender por qué un gran amigo uruguayo en una ocasión me dijo, muchos de estos negritos africanos, son gente, son señores.., son nuestros nuevos caballeros, lo único que los diferencia es que tienen la piel más oscura. 

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Amor, Pasión y Dolor.

Cuanto vivimos y sufrimos por el amor, casi todos nos enfrascamos en la tarea de ser amados y amar, menos mal que no todos tenemos ésta capacidad o cualidad, lo que incluso hace que algunos se sientan desdichados y hasta culpables de no ser capaces de vivir el período intenso que suelen experimentar algunos enamorados al comienzo de su relación, desconociendo que no siempre es todo lo bonito y placentero que parece.

No quiero  negar a Cupido, el flechazo realmente existe, lo que no siempre con la cara que se nos presenta, en la mayoría de las ocasiones viene disfrazado o nosotros lo cubrimos con un vestido diferente  y creamos un personaje, detrás de la persona de la cuál decimos estar enamorados. Cómo es posible depender de una llamada,  de un simple mensaje, de la presencia de alguien a quién recién has conocido o con la que hace poco tiempo has iniciado una relación sentimental, es decir,  antes de conocer a ésta persona ¿no tenías ya una vida? La dependencia enfermiza en que se ven envueltas muchas personas siempre termina mal.

Casi todos creemos en lo que llamamos intuición, y mayormente nos dejamos llevar por esos pequeños mensajes que recibimos, sin razonar o buscar lógica alguna a la idea o situación de que se trate, pues en el enamoramiento sucede lo mismo, está siempre detrás el mismo personaje, lo único que en esta ocasión, no para bien.  Al parecer este yo, quiere vivir su propia vida a través de la persona que encarna, trata de aliviar sus pasiones y vivirlas, son dos personas compartiendo el mismo cuerpo, y cada una con sus propios gustos e inclinaciones, por eso todos los que son víctimas de esta situación se comportan así, y tienen un alto grado de dependencia del que dicen amar, no ven sus errores, y colman en todo momento de elogios al ser amado, tienen una especie de venda que les impide ver la realidad, luego puede que pasen años así, y es por lo cual, cuando vuelven en sí, pueden ver quién es en realidad la persona con la que han estado compartiendo vida en los últimos años, y no se trata de que sea buena o mala, es simplemente un personaje creado con una serie de valores añadidos que no posee, pero que cubría las expectativas y necesidades deseadas, de ahí las separaciones violentas y hasta en algunos casos mortales. Las personas extremadamente sentimentales y apasionadas son más proclives a sufrir relaciones de este tipo,  pero por diferentes motivos, en un momento determinado de nuestras vidas, todos estamos expuestos a relaciones así. Creo firmemente en ésta teoría, aunque puede que responda a algún problema mental de los involucrados, quienes en su paranoia se creen un personaje,  o por otros motivos.  Lo cierto es  que somos capaces de albergar a más de un personaje en nuestros cuerpos. Por eso lo más aconsejable para todos es huir de las relaciones tormentosas que nos asfixien y buscar entre aquellos que simplemente nos agradan y con las cuales tenemos cosas en común, la pasión ya vendrá, porque el amor realmente no puede ser ciego como dicen. 

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