A muchos nos gusta el rock, a
otros la música clásica y hasta el tango, pero cuando un cubano escucha el repique
de un tambor no puede evitar el movimiento de alguna de sus extremidades tratando
de seguir el compás, pero existe un llamado algo más fuerte que la propia
música, ese que proviene de nuestra tierra.
Podemos estar viviendo
medianamente bien en cualquier país del mundo, tenemos la capacidad de acoplarnos a casi cualquier forma de vida
en las diversas sociedades que nos ha tocado vivir, pero somos incapaces de
olvidar a nuestra tierra. Y esto nada tiene que ver con la política, es más… en
ese preciso momento olvidamos a quienes nos dijeron que nuestro escudo ya había
nacido comunista, que nuestra bandera era más bien roja y que nuestro Himno
Nacional era más de izquierda que La Internacional por haberse escrito antes,
sin embargo existe algo que nos ata a todos y nos hace siempre retornar a casa.Es una
especie de atracción más bien recíproca, porque también nuestra patria llama
constantemente a todos sus hijos, aún sabiendo que ya no tenemos derecho a
residir en ella por haberla abandonado, siempre según las leyes de quienes hoy
la gobiernan.
Yo sinceramente no creo que
sea solo por nostalgia, me parece que más bien la necesitamos para centrarnos,
recuperar oxígeno y continuar con nuestros proyectos. Tal vez sea por el aire,
las grandes diferencias sociales que allí persisten, las ventajas y desventajas
que dentro de ella vemos, la cultura que emana gran parte de su población o la
gritería que se escucha cuando pasamos frente a un agromercado o a un solar
habanero, el hecho de poder discutir de pelota en el Parque Central con un
negro bembón mientras éste juega al ajedrez y de vez en cuando te recita las
capitales de todos los países del mundo, nos vence y acorrala nuestras vidas entre
sus mares.
Tal vez me equivoco, pero sí estoy completamente convencido de que el
constante sonido de los tambores, la humedad, el intenso calor e incluso puede
que hasta la molestia que causan las moscas hace de Cuba el mejor sitio adonde
un cubano puede meditar. Obviando necedades y sin hacer comparaciones, lo más
sensato que podemos hacer cuando estamos en aprietos es acudir a esa hermosa
isla que nos vio nacer, ya que solamente allí lograremos reconstruir nuestras
ideas y luego podremos retornar con la
fuerza necesaria para continuar siendo parte de este invento llamado
globalización.
frankca-dreams.blogspot.com
No comments:
Post a Comment