Hasta dónde llegará nuestra curiosidad o la desmesura de las
televisoras que nos entregan sus escalofriantes imágenes a través de los telediarios. Gracias a los
avances en las telecomunicaciones somos capaces de visualizar los hechos más
horrendos perpetuados por un ser humano en vivo, como lo demuestran los últimos
ataques terroristas que han sido grabados y difundidos. La cantidad de víctimas
y la violencia con que se acometen los actos,
parece ser lo más importante, más que nada debe haber… mucha sangre, donde
además del miedo, el pánico tiene que estar reflejado en los rostros de los
testigos.
Queremos ver a nuestros verdugos en el momento que realizan
las ejecuciones. Novelas, series de acción y las películas de ficción con
contenidos violentos ya no cubren nuestras expectativas, ahora queremos ser
parte de los sucesos, ser testigos presenciales. Muchos culpan a los medios de
comunicación de la emisión de dichas imágenes, incluso yo mismo lo he
criticado, pero la verdad es que siempre hemos tenido la oportunidad de cambiar
de canal o simplemente apagar nuestro televisor.
Lo que realmente me preocupa somos nosotros como sociedad,
tal vez los sondeos de audiencia estén algo inflados, pero según estos,
mientras más violencia, más televidentes, ya sea Boston o Londres, ahí estamos
todos observando las imágenes, convirtiendo en estrellas mediáticas a nuestros
agresores, difuminando su ejemplo por todo el universo, repartiendo notoriedad
a verdaderos asesinos e ideas a posibles seguidores.
No sé hasta dónde debemos llegar o cuándo prohibir la emisión
de estos actos o no, pero de lo que sí estoy completamente seguro es que su
publicación no es necesaria, y mucho menos útil para prevenir más violencia.
El periodismo ha ido cambiando en los últimos años, no sé si
para bien o para mal. La cantidad de artilugios con que contamos hoy día para
grabar cualquier imagen y difundirla puede que nos esté jugando una mala
pasada. Por supuesto que la prohibición de cámaras de video no es la solución,
el problema radica en nosotros, nuestros gustos y tendencias deben cambiar,
debemos crecer más como seres humanos y ser más conscientes a la hora de hacer
uso de todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance.
La frialdad con la que muchas personas graban estas imágenes,
mientras otros mueren, luchan por sus vidas o gritan desesperadamente en busca
de ayuda, se aleja mucho de todos los hombres y mujeres que desde hace siglos se
han levantado cada día en busca de un mañana mejor. Ahora estamos más apegados
a nuestros móviles y ordenadores que a quien los ha creado, grabar una
exclusiva está por encima de socorrer a las víctimas o incluso de correr en
busca de protección, actitud que me parece más propia de algún tipo de especie
aún por descubrir.
frankca-dreams.blogspot.com
Frank Cañizares
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