Friday 21 December 2012

En su Alma (continuación X)



Quería continuar con mi vida, de la forma que yo la había escogido, o tal vez la que el destino me había trazado, aunque sabía que era difícil, cada día tenía que dar explicaciones a la gente de lo que yo hacía. Algunos me acusaban de brujo, hechicero y no sé... de cuantas cosas más, eran incapaces de creer que yo tenía una visión diferente a la de ellos del universo. Yo no practicaba ninguna religión, simplemente veía el mundo desde otra óptica, creía sinceramente en la reencarnación, pero no por afición o fanatismo, era mi realidad, podía hablar con los muertos, sabía que existía un mundo más allá de lo físico o material. Era mi filosofía... no mi religión.

De todos los libros que constantemente leía sobre espiritismo me quedaba con algunas cosas, ciertamente más de la mitad... no me las creía. Principalmente todo lo relativo al crecimiento espiritual... a través de Dios o en su búsqueda. Según mi teoría los espíritus se iban enriqueciendo a medida que anidaban el cuerpo de diferentes personas y eran capaces de obtener de cada una de ellas su sabiduría, aprendían de sus errores y acumulaban todos sus conocimientos. No me imagino un desfile de espíritus delante del supuesto trono de Dios para recibir una inyección de inteligencia y la aceptación de éste en su reino.

El comportamiento de los muertos es como el de nosotros, en mi andar he conocido a muchos que han ido pasando de vida en vida sin aprovechar nada, otros en cambio por diferentes motivos tan solo han vivido en cuerpos de personas conflictivas, de delincuentes, asesinos y de gente que poco pueden aportar a la sociedad y por supuesto se comportan como tal. Las entidades a no ser que hayan sido enviadas directamente por alguien, buscan los cuerpos de las personas que les son afines, porque quieren continuar haciendo lo que ellos hacían en vida, simplemente necesitan un organismo para desplazarse y realizar sus sueños, por eso buscan a personas que sean débiles o que compartan más menos sus gustos y así poder influenciar a sus mentes.

Yo no tenía miedo cuando veía a los espíritus y me comunicaba con ellos, pero sí respetaba la habilidad que tienen para entrar en las personas y llevarlas a realizar cuanto capricho se les ocurre. Por eso a veces sentía temor por mi vida, no porque pensase que fuesen a hacerme daño directamente, pero si estaba claro que podían llevarme hasta donde ellos querían, si no andaba con mucho cuidado.

Antes de meterme por completo en el mundo espiritual, mi vida era más fácil, aunque reconozco que había ganado en muchas cosas y aprendido muchísimo gracias a mis contactos con seres que durante años han logrado vivir en diferentes cuerpos. Sabía que tenía que controlar mis instintos, si quería continuar con la comunicación con los espíritus tendría que saber separar a los muertos de los vivos.frankca-dreams.blogspot.com 


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