Monday 17 October 2011

Sin esperanzas

Nuestro querido gobierno revolucionario tiene gran parte de culpa de todo cuanto sucede hoy día en la isla, pero no todo debe ser su responsabilidad, independientemente del trabajo sucio que han venido realizando durante décadas, mediante calumnias y descréditos a todo aquel que de alguna manera se les ha enfrentado o no ha querido seguir su línea política. Me parece que todos nosotros tenemos un grado de culpabilidad en lo que nos ha tocado vivir en los últimos años, nos pueden moldear y hasta diseñar de qué manera quieren que pensemos y actuemos, pero no pueden llegar nunca a nuestro interior, a lo más profundo de nuestras almas, no somos ordenadores meticulosamente programados, simplemente nos dejamos manipular, buscamos intereses personales en cada acto que acometemos, de cierta manera para muchos es más fácil que piensen por nosotros, sobre todo estando apoyados por el sistema, es más cómodo que alguien diga lo que tenemos que decir, así nos sentimos menos culpables por nuestros actos.
La muerte de la activista Laura Pollán, ha creado una serie de división de opiniones dentro y fuera de la isla que me dejan perplejo, y la verdad es que a veces no doy crédito a los comentarios que he estado  leyendo al respecto en los últimos días. Pero confío plenamente en el tiempo, y sé que se encargará de poner las cosas en su sitio, algún día sabremos con exactitud, qué sucedió realmente y este caso dejará de ser una de las tantas interrogantes que tenemos los cubanos.
Lo que realmente me sorprende  es, cómo se puede vivir en una sociedad donde la vida de un ser humano no vale nada, sí políticamente no es de mi bando, pues bien muerta está, si existió o no algún tipo de complot para ayudar a morir a esta batalladora mujer, da igual. Me parece que en Cuba estamos rozando los límites de la tolerancia, la convivencia y el civismo, así de crudo. No sentimos el más mínimo respeto por el ser humano, solo cuentan  los ideales políticos, nos hemos enfrascado en una lucha sin sentido, priman nuestros intereses personales y el consumismo barato. Existe manipulación de ambos lados. Cuando ni los buenos son tan buenos, pero los malos ni siquiera llegan a ser malos, para mi  todos se convierten en seres perversos, capaces de venderle su alma al mismísimo diablo.


frankca-dreams.blogspot.com Sin esperanzas

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