A la Habana viajaré

De ésta noche no pasará que a mi Habana vuelva a volar, con Fidel y su hermano tengo que hablar, con tantos despidos los tengo que ayudar.

-         Comandante, como vas a echar a la calle a la cocinera, después de tantos años aquí, no será que el Alzheimer te está jugando una mala pasada, recuerdas cuantos hijos te entregó para tú revolución.

-         Bueno, eso más bien fue porque es una curiela.

-         No, mi comandante, lo hizo porque su sexo, fue lo mejor que encontró para entregarle a la revolución, además tu querías hijos para la patria, necesitabas jóvenes fuertes y vigorosos para repartir en guerrillas por el mundo.

-         Igualmente, tendré que dar el ejemplo y con tantos cocineros en casa no me puedo quedar, tenemos cinco cocineros, me parecen demasiado, con cuatro nos será suficiente.

-         ¿Tú sabes cuantos hijos tiene Maria? Claro, eso ahora no te importa, para que sepas bien, tiene diez hijos, faltan dos, ya que uno murió en Angola, además de otro que no aguantó más, se marchó en balsa y murió en la mar.

-         La revolución no se puede estar fijando en casos personales, tenemos que despedir a más de un millón de trabajadores o esto se hunde.

-         ¿Por qué no despides a unos cuantos escoltas?

-         Eso ni pensarlo, la seguridad de los líderes de la revolución es intocable.

-         Bueno Comandante y qué pasa si María habla y dice que tú te la tirabas.

-         Eso nunca lo hará, sino su casa y su Lada perderá.

-         Entonces querido Comandante, como a mi no me has dado, casa ni nada de Lada, yo sí lo voy a comentar, y en mi blog lo voy a publicar.