Nuestro querido Comandante nunca nos defrauda, hace unos años refiriéndose al aumento del jineterísmo (aporte cubano a la lengua de Cervantes) en Cuba, dijo que en todo caso “constábamos con mujeres ilustres y sanas”, dedicadas a esa actividad, en su discurso hacía referencia a acusaciones de que habían hasta médicos jineteando, al parecer hoy día se ha enfrascado en la tarea de ampliar el currículum de los nuevos aspirantes a jineteros en la mayor de las antillas. Luego que concluya el proceso de selección de los no idóneos, vaya frasecitas se inventa para decirte que te han echado, comienza la batalla, esta vez no será la de ideas, si no la de la supervivencia, llenado de fosforeras, venta de pizzas, arregladores de calzado, paladares, en fin, todo esto con una falta de liquidez en el país, que lo mejor sería regresarnos al trueque:
- pago dos pizzas para pegar los zapatos de mi hijo Carlito.
- relleno hasta diez fosforeras a cambio de bloomer nuevo pa´ mi esposa.
- se ofrece Albañil a cambio de comida, llevo dos ayudantes.
- afamado dentista realiza extracciones a domicilio, necesito ruedas de Lada
- busco televisor Panda, doy a cambio bicicleta China.
- profesor de matemática imparte clases a cambio de maquinita de afeitar.
Toda la inventiva y pericia de los cubanos no será suficiente para superar lo que se avecina, por eso sinceramente pienso que lo mejor sería jinetear, de estar en la Habana, me compraría o bueno en todo caso cambiaría – aparato de fumigación por tanga roja- y a luchar en el malecón.
Esto es triste y cierto como el aire que respiro, menos mal que existe el trueque y gente como tu para contarlo, pero sobre todo masticarlo y meditarlo.
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