Sunday 19 December 2010

Renunciando a ser mujer



Cuando parará el goteo, no es lógico que dentro de sociedades civilizadas, estemos pendientes de la cantidad de mujeres asesinadas cada mes, llevamos estadísticas como si de una competencia o algo accidental se tratase, comparamos las cifras con las de años anteriores, con tal naturalidad, que si nos detenemos a pensar bien, todas las sociedades, en su conjunto, en algo muy grave deben estar fallando. Las medidas para evitar los crímenes, no son efectivas y están lejos de encontrar solución a tan magno problema, solo los familiares de las victimas, saben lo que el dolor por la perdida de un ser querido acarrea.
Aunque muchos profesionales plantean diversos motivos para tan cruel comportamiento por parte de los hombres, continúo  pensando que la única razón se encuentra en nuestro complejo de inferioridad, y la incapacidad de aceptar los logros y virtudes del sexo femenino, por eso reaccionamos, con nuestra arma típica, la violencia. Detrás de todos los casos de maltrato está la desobediencia de la víctima, según el maltratador, quien no es capaz de someter a su pareja a cualquiera de las imbecilidades que se les ocurra, y como carece de facultades para convencer o someter a su “futura victima” recurre al asesinato. No hemos digerido aún el crecimiento de las féminas, y lo que me parece peor, es que mientras más tiempo transcurra, más victimas habrán, porque no seremos capaces de asimilar en los años venideros la cantidad de mujeres profesionales que dominarán el mercado laboral, la política y los diferentes sectores de nuestras sociedades.
Tal vez sea que las mujeres en general se portan muy mal, como dicen algunos. Bueno a lo mejor por ahí está la solución del problema. Pues, aboguemos todos los hombres por el regreso de las señoras a sus casas, que nos esperen despiertas, luego de haber hecho todas las tareas hogareñas, limpias y dispuestas a tener sexo con su magnifico esposo, sucio y borracho. También, ellas deberían olvidar, que una vez fueron capaces de ser magnificas médicas, extraordinarias arquitectas, excelentes contables, escribieron las mejores poesías, gobernaron países,  conjuntamente borrarían de sus mentes todo lo que las hace ser sublimes y encantadoras, no deberían recordar que conocieron el orgasmo, que dejaron de ser depósitos de semen, deberían renunciar a ser mujeres, de otra manera nunca acabará el goteo.

1 comment:

  1. Me he leído un libro que se llama Sultana y otro que se llama las hijas de Sultana, no es que sea una gran obra literaria, pero su enseñanza es fantástica, deja claro el poco valor que tienen las mujeres árabes para los hombres, ojala cada mujer de este mundo lo leyera pero sobre todo cada hombre estoy segura que su lectura serviría para sensibilizar y aprender a valorar al " sexo débil" que todo lo puede.Hay muchas sultanas en cada continente y me niego a que sigan proliferando, gracias Franka.

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